Cuando has terminado una lata de refresco o cuando el coche pincha una rueda, solemos decir que <<ahora no es más que basura>>, pero estamos muy equivocados.
En vez de tirarlas a la basura, y enterrarlas literalmente junto con la de las demás personas, podemos tirarla al contenedor adecuado de reciclaje.
¿Y por qué debemos hacerlo? Porque así las "revivimos". En eso consiste el reciclaje.
Una lata de Coca-Cola, que te has bebido en un caluroso día de verano para refrescarte, va al contenedor amarillo (plásticos y bricks) y tras una serie de procesos se convierte junto con latas de los demás... ¡en la llanta de una bicicleta! ¡O incluso en una escalera metálica! ¡O un bonito bólido de carreras!
Lo mismo ocurre con el neumático pinchado, que tras una serie de procesos y juntándolo con otros plásticos reciclados sirven para hacer los suelos de las pistas de fútbol sala.
Cuando reciclas, le das una nueva oportunidad a un objeto para ser otro nuevo, y no acabar enterrado bajo tierra con todos los demás.
Aporta tú también tu pequeño grano de arena y, junto con los demás, hagamos una playa entera.
¡Colabora!
Me ha gustado mucho. Las intenciones son buenas y hay muchas cosas que se pueden mejorar antes de que sea tarde. Sigue así, chaval.
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